Sebastián Ortiz Gómez, desde ahora 'ñaquero de pro', nos comparte con todos en la pag de facebook de Ñaque:
"Acabo de leer "Madre Caballo", de Antonio Onetti. Un fiel reflejo del problema de la droga, y sobre todo, el coraje de una madre a la que le acompaña en cada escena su inseparable furgoneta. Un 9/10, texto muy recomendable, ojalá pueda ver alguna vez esta obra representada. Mil gracias a Ñaque Editorial por la oportunidad de conocer el teatro de Onetti."
Son gratificantes estos comentarios, ya que te traen a la memoria recuerdos, sensaciones y sentimientos realmente entrañables.
Hablaré de Antonio Onetti y de su texto 'Madre Coraje', pero antes, muy brevemente, os comentaré algo muy personal que os dará ideá de lo excepcional de Antonio.
Antonio es de aquellas personas, cercanas, entrañables y de una calidad vital extraordinaria. Siempre recordaré aquella primera fiesta en su casa de Sevilla, en la que nos daba la bienvenida teniendo el gusto de invitar también a amigos de diversos entornos, que entre ellos nos se conocían, para que no nos sintieramos extranos y se forjara una conversación muy abierta y distendida.
También recuerdo con extrema sensibilidad el día de su matrimonio, tanta emoción contenida y desbordante. Estuvimos los justos, ni más ni menos. Amigos del alma.
El paso del texto teatral 'Madre Caballo' por Ñaque:
Drama. 17 intérpretes. (4m. 11h. 2 catantes)
'Madre Caballo, qué te ha paso, ¿que a tos tus hijos has devorao?
...Soy la Caballo. Huyo del hambre, hay que tirar palante y nunca mirar atrás"
"Estaba yo pensando en la envergadura de eso que solemos llamar 'el problema de la droga', en cómo mientras no nos cae la maceta en la cabeza preferimos pensar y mirara para otro lado, y sobre todo, en el quid de la cuestión que es el modo y el poder del narcotráfico, cuando topé con el cuadro de Goya que representa a Saturno devorando a sus hijos. Empecé a observarlo preguntándome qué negra faceta de la España de su tiempo el empujaría a pintarlos; de repente la asocié a Ana Fierling, la Madre Coraje de Bercht, metáfora de la Alemania de su tiempo, una mujer que sobrevive a costa de la guerra tirando de una carro que deja a su paso los cadáveres de sus propios hijos.
Entonces se me ocurrió pensar qué habría escrito Brecht a partir de la imagen de Saturno devorando a sus hijos si le hubiera todado vivir en el entorno de mi pais y de mi tiempo. Y así fue, entregado a la libre asociación, cómo se me apareció Madre Caballo. Dorita la Quincallera, una merchera bruta con tres hijos, recorriendo los viejitos andaluces con su coca, su heroina y su hachís oculto en el trasfondo del furgón cargado de quincalla.
Pero en este sentido, Madre Caballo, la obra, no es sólo una hipótesis, una analogía, una recreación absolutamente libre en la que, del original, aparte de la metáfora profunda, sólo queda la cáscara.
Madre Caballo es también lo mejor que se me ocurre para decir que esoy cansado de oír hablar de Brecht, de Stanislawsky, de Grotowsky, mientras se nos sigue muriendo el teatro con mayúsculas, como si estos y otros grandes maestros sólo hubieran dedicado sus esfuerzos a crear genuinas técnicas teatrales para que fueran imitadas por nosotros con regusto intelectual, en vez de utilizarlas, transformarlas y hasta traicionarlas para seguir sus pasos en la creación de un teatro revelador de nuestro tiempo, que hable de lo que nos ocupa y nos preocupa, de lo que amenaza nuestra felicidad y, también, cómo no, por el contrario, de lo que aún nos hace despertar cada mañana con la esperanza de hallarnos felizmente en un mundo mejor"
Antonio Onetti
'Madre Caballo, qué te ha paso, ¿que a tos tus hijos has devorao?
...Soy la Caballo. Huyo del hambre, hay que tirar palante y nunca mirar atrás"
"Estaba yo pensando en la envergadura de eso que solemos llamar 'el problema de la droga', en cómo mientras no nos cae la maceta en la cabeza preferimos pensar y mirara para otro lado, y sobre todo, en el quid de la cuestión que es el modo y el poder del narcotráfico, cuando topé con el cuadro de Goya que representa a Saturno devorando a sus hijos. Empecé a observarlo preguntándome qué negra faceta de la España de su tiempo el empujaría a pintarlos; de repente la asocié a Ana Fierling, la Madre Coraje de Bercht, metáfora de la Alemania de su tiempo, una mujer que sobrevive a costa de la guerra tirando de una carro que deja a su paso los cadáveres de sus propios hijos.
Entonces se me ocurrió pensar qué habría escrito Brecht a partir de la imagen de Saturno devorando a sus hijos si le hubiera todado vivir en el entorno de mi pais y de mi tiempo. Y así fue, entregado a la libre asociación, cómo se me apareció Madre Caballo. Dorita la Quincallera, una merchera bruta con tres hijos, recorriendo los viejitos andaluces con su coca, su heroina y su hachís oculto en el trasfondo del furgón cargado de quincalla.
Pero en este sentido, Madre Caballo, la obra, no es sólo una hipótesis, una analogía, una recreación absolutamente libre en la que, del original, aparte de la metáfora profunda, sólo queda la cáscara.
Madre Caballo es también lo mejor que se me ocurre para decir que esoy cansado de oír hablar de Brecht, de Stanislawsky, de Grotowsky, mientras se nos sigue muriendo el teatro con mayúsculas, como si estos y otros grandes maestros sólo hubieran dedicado sus esfuerzos a crear genuinas técnicas teatrales para que fueran imitadas por nosotros con regusto intelectual, en vez de utilizarlas, transformarlas y hasta traicionarlas para seguir sus pasos en la creación de un teatro revelador de nuestro tiempo, que hable de lo que nos ocupa y nos preocupa, de lo que amenaza nuestra felicidad y, también, cómo no, por el contrario, de lo que aún nos hace despertar cada mañana con la esperanza de hallarnos felizmente en un mundo mejor"
Antonio Onetti
Cristina M. Ruiz Pérez
Directora · ÑAQUE
Qué suerte de poder conocer a Onetti tan íntimamente Cristina, y qué bueno que mantengáis tan buen rollo jeje estoy interesado en leerme otra obra así del tipo crítica social, ¿cual me recomiendas de entre las que ofrece Ñaque Editorial? muchas gracias.
ResponderEliminarGracias Sebastián por tu comentario. Como obras de contenido social te puedo recomendar, por ejemplo: 'El hacha' de Antoni Morcillo, sobre ETA;;'Hamelin' de Juan Mayorga, que trata de la pederastia; 'Huellas' de Antonio Cremades, mujeres subygadas a un hombre. Muy interesantes también todas ellas, pero con un tipo de escritura y dramaturgia muy distinto, propio de cada autor en cada caso. Un abrazo. Cristina
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