Juan Mayorga, el
dramaturgo salta a la primera fila del cine en el Festival de San Sebastián
Reproducimos íntegramente el artículo publicado por RTVE.es noticias
·
Es el autor español más representado en el mundo
·
Recogió el Premio del Jurado a Mejor Guion junto a François Ozon
Juan Mayorga junto a François Ozon durante la gala de clausura del Festival
Internacional de Cine de San Sebastián.
Noticias relacionadas
ESTEBAN RAMÓN 30.09.2012
ACTO I. Moratalaz (Madrid)
Instituto Rey Pastor.
Juan Mayorga, dramaturgo y profesor de matemáticas en el nocturno corrige un
examen en blanco con un solo párrafo: Juan, no
puedo contestar porque no he estudiado, pero estoy jugando muy bien al
baloncesto. Este lunes he salido en el Marca y voy a ser un gran campeón, y tú
yo vamos a salir a celebrarlo. "Pensé: qué genial que un tío
utilice un ejercicio del cole para contarte tu vida. Tengo que desarrollar
esto", recuerda Mayorga.
ACTO II. París, 2009
Théâtre de la Tempête.
François Ozon entra en la sala para ver el montaje de Jorge Laveli sobre El chico de la última fila, escrita por Juan Mayorga, el autor
español más representado en el mundo (Himmelweg, Cartas de
amor a Stalin, La tortuga de Darwin). En la escena, un adolescente perturba
la vida de su profesor con unas redacciones por entregas en las que relata su
intromisión en la familia de clase media de otro compañero.
ACTO III. San Sebastián,
2012
Festival de cine. JuanMayorga avanza extrañado por el salón Venecia del Hotel María Cristina.
"Esto es una locura", dice mientras camina. Es un asceta en la feria
de las vanidades. Invitado por François Ozon, acaba de derrochar humildad y
modestia extremas en la rueda de prensa. Quedan seis días para que En la clase gane la Concha de Oro del festival de
cine de San Sebastián. Y para que el director francés le invite nuevamente para
recoger el Premio al Mejor Guion.
PREGUNTA: El chico de la última fila es la primera obra tuya que se lleva al cine ¿Has pensado en escribir para cine ya sea por encargo o por propia iniciativa? ¿Has recibido ofertas para otras obras?
RESPUESTA: No sé si
tengo la mirada educada para eso. Amo el cine, pero he comprometido mi
escritura con el teatro. Me apetece el arte para la imaginación del espectador,
para la reunión, para el encuentro. Cada vez que se me ocurre una historia
inmediatamente la enfoco hacia el teatro. Escribí un proyecto que no llegó
lejos con Andrés Lima y Juan Cavestany y he recibido alguna oferta. Pero mis
limitadas energías quiero concentrarlas en el teatro. Hubo intentos que no han
cuajado para adaptar Himmelweg en distintos países. Y también Hamelin.
P: Y el cine cada vez participa menos de ese rito de reunión y el teatro,
sí
R: Claro, a mí me hace
feliz el teatro por dos razones. Primero, porque soy feliz escribiendo, pero
además porque el teatro causa reunión. Cuando uno escribe una obra de teatro ya
está escribiendo de algún modo un hecho social. Si yo decido escribir en novela El chico de la última fila ya estoy proponiéndome escribir otra
cosa. Si estoy escribiendo teatro ya estoy convocando a unos actores para que
pongan en pie eso y para que ellos convoquen en una reunión a una fracción de
la sociedad y eso para mí es muy importante.
P: François Ozon ha declarado que encontró en tu obra sus obsesiones ¿Te
reconoces tú en la filmografía de Ozon?
R: Yo conocía su cine
y lo apreciaba. Para mí fue un honor que él se interesase por mi teatro. A mí
me gustan mucho películas como Swimming Pool o Bajo la arena y cuando las veo siento que hay una
afinidad. Yo creo que Ozon tiene además una firma, es un auténtico autor. Sin
duda tenemos vínculos. Estoy pensando en la escena de Swimming Pool en la que la mujer que ha perdido al marido va a
visitar en la residencia a la madre.Yo hubiera dado un brazo por escribir esa
escena.
P: ¿Le diste vía libre total o tuvisteis conversaciones orientativas para
la adaptación?
R: Hemos charlado, pero desde el
principio sentía que lo más importante era que él se apropiase de esa historia
y que la hiciese suya. Yo ya había contado la historia. Donde las acciones de
los personajes se le impusiesen a Ozon, sería la única manera de influir. Y
donde él descartase algo sería porque no lo había visto. Al ver esta mañana la
película por supuesto que he reconocido mi obra, mis personajes y el espíritu.
Y al mismo tiempo he encontrado creación y elementos originales muy
interesantes.
P: Para los que hemos visto la obra, y sabemos de lo fiel de la adaptación,
nos sorprende tu modestia para desligarte de cualquier tipo de autoría sobre la
película.
R: Así como, en lo que se refiere al
teatro, creo que el espectáculo es del director, también en lo que se refiere
al cine el espectáculo finalmente es del director. Incluso en el gesto de
elegir una obra, y no otra, ya hay un gesto artístico. Desde luego, me siento
muy cerca de esa película pero siento que Ozon ha sido generoso al darme la voz
en la rueda de prensa y al no esconderme y yo se lo agradezco.
Yo soy muy ambicioso
en mi escritura en cuanto que intento escribir obras que atraviesen a la gente
y que sean algo importante en sus vidas. Y al mismo tiempo soy sinceramente
modesto porque vengo de hacer una versión de La vida es sueño. Y cuando uno se mete
hacer un obra así se da cuenta de lo que uno ha escrito... es un enano. Y
entonces el orgullo, la vanidad de los focos... Creo que es eso ficción.
P: El espectáculo es del director y de los actores, un aspecto muy cuidado
en la adaptación de Ozon.
R: Los seis actores son excelentes.
Fabrice Luchini, al que no conocía hasta ayer, es un coloso. Y además tiene
algo de su personaje, Germain: es un fanático, alguien atravesado por la
palabra. En la obra se decía que la pregunta más importante es ¿Tolstoi o
Dostoievski? Y yo veo que Fabrice es capaz de hacernos ver a alguien
completamente obsesionado por la ficción. Kristin Scott Thomas hace un trabajo
fantástico como esa galerista frágil, aburrida con su propia vida matrimonial. Los
chicos son impecables. El joven es un hallazgo pero también me gusta la familia
de clase media. Y dicho esto, he tenido la suerte de que en el teatro algunos
de estos personajes han encontrado actores muy interesantes. El que estrenó la
obra en el papel del profesor fue Ramón Barea.
P: En la obra y la película hay un debate sobre dos conceptos de arte. Una
visión clásica de arte respetado hasta ser “más grande que la vida”, y una
segunda visión posmoderna más lúdica, de arte por el que se transita. Tal vez
porque Germain es el personaje principal se intuye que estás posicionado en el
primer grupo.
R: Yo me adhiero a
Germain cuando dice que él necesita ver rostros. Para mí, si el arte no es
capaz de hacernos compartir el misterio de cada ser humano, no vale nada, solo
es narcisismo. No comparto el gesto cínico y relativista según el cual un
manual de cocina tendría el mismo valor que Los hermanos
Karamazov. No paso por ahí. Y en este sentido hay quien me puede considerar un
conservador e incluso un reaccionario. Pero, por otro lado, en mi propio
trabajo desarrollo, o algunos críticos lo han querido ver así, estrategias
posmodernas. Es un trabajo descentrado, donde de algún modo el propio texto
propone o abre su crítica. Esta reflexión sobre el hecho de contar historias o
el hecho de escribir se da también en Himmelweg en la que hay lo que
los franceses llaman una mise en abyme. Es algo así como que
la obra mira hacia dentro a sí misma y se produce una multiplicación de
espejos.
Paul Valery venía a decir que todas las
artes iban a estar subordinadas a la literatura. El arte contemporáneo parece
requerir un texto asociado que explique el valor. Y en alguna medida, toda la
obra está atravesada de literatura en el sentido que todo es comentado, todo es
pasto de las palabras y de las letras.
P: La obra un juego extremo entre autor y lector o espectador. Como autor,
¿piensas en el público al que te diriges?
R. Tengo la suerte de que ahora mis
obras se representan en distintos lugares. Quizá cuando empezaba a escribir a
los veintitantos años lo hacía para alguien del barrio. Y ahora mismo siento que
estoy dialogando con alguien que se parece a mí o tiene que ver conmigo, si
bien intento un teatro que sea exigente y que sea popular; que sea para muchos
y que sea para gente de distintos niveles culturales. Pero probablemente no lo
consigo. Lo que es verdad es que nunca olvido el ímpetu que aparece formulado
en Bertolt Bretch al hablar de hacer de cada espectador un crítico. Es decir,
no hacer que el espectador asuma la obra como un tótem sagrado sino de que
algún modo la obra le lleve a reflexionar sobre el modo en que ha sido
construida, sobre las condiciones en las que se ha hecho, sobre sus intenciones
y sobre la posición del propio espectador.
...........
Con El chico de la última fila y con La lengua en pedazos, Juan Mayorga ha recibido, por unanimidad del jurado, el Premio Ceres 2013 al Mejor Autor Teatral español.
Este año 2013 También ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dramática con La lengua en Pedazos
...........
Con El chico de la última fila y con La lengua en pedazos, Juan Mayorga ha recibido, por unanimidad del jurado, el Premio Ceres 2013 al Mejor Autor Teatral español.
Este año 2013 También ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dramática con La lengua en Pedazos
Puedes ver más artículos sobre 'El chico de la última fila ' o adquirir directamente el texto de Juan Mayorga 'EL CHICO DE LA ÚLTIMA FILA' en libreríadeteatroñaque
Si te ha gustado este artículo, compártelo con las personas que realmente te importan ¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario