HAMLET ESTÁ DORMIDO
Antonio Travieso
"Hamlet está dormido" es un extraordinario texto teatral de Antonio Travieso, editado por ÑAQUE, capaz de crear una nueva dramaturgia de 'Hamlet' que comienza con su fuga de palacio tras la muerte de amado padre y concluye con la coronación de su tío como rey.
En "Hamelt está dormido", no existe el tiempo, o tal vez sí. El príncipe Hamlet evade su realidad adentrándose en un sórdido mundo, de vicio y personajes grotescos.
¿Para qué quieres el tiempo?
HAMLET -"¿Para qué quieres el Tiempo?"
Es justo el Tiempo el elemento fascinador, protagonista inanimado,
que adelanta y desarrolla de manera
discreta, imperceptible a primera vista, que se revela luego brújula de la
entera obra teatral de Antonio Travieso.
La reexaminación
moderna de una de las tragedias shakespearianas más conocidas y citadas. Enfocada bajo otra percepción; personajes que ya no son las mismas figuras
heróicas y míticas, no más vengativos duelos o escenas desarrolladas en las cortes reales. No, nada
de todo esto, o mejor, aunque estén presentes, no es lo que se deduce en el
proceder de los actos en escena.
HAMLET -"¡El Tiempo, el Tiempo! ¡Este es mi Tiempo! ¡ Me
pertenece!"- como una campana que no quiere pararse, repite (en la primera
escena) a la desgraciada MUJER DE NEGROS CABELLOS, compañera de una noche.
Sus tañidos son percibidos de
manera diferente por los actores
"no protagonistas". Cada uno de ellos, tiene su propia percepción del
tiempo, un modo suyo de actuar y de ver diferentemente la misma cosa.
Arrastrados y echados al centro del escenario, Antonio Travieso logra
hacernos vivir SIMULTÁNEAMENE el "caos" interior que caracterizaba el “antiguo” Hamlet,
que ahora lo extiende a la historia entera.
Como Clepsidra manumitida al cambiar la voz , nos deslizamos de la
tranquilidad y a la inquietud que vivimos con Hamlet:
“Las arañas tejen la Historia muy despacio, muy despacio, se toman su
tiempo, enhebran sus agujas con cautela, con mucho disimulo y jamás las
ensartan en el acerico del Tiempo; no
vayas a caer en el magnífico sedal de sus redes… ¡ten cuidado, pequeñita, ten
cuidado!”
A la ansiedad y sentido de movimiento obtenido por las palabras de HORAZIO:
"De momento, empezaré por
sonsacar al servicio y si no encuentro respuestas, recorreré la ciudad hasta el
último rincón. Se lo prometo”;
y que màs, la nostalgia de un pasado distante y el deseo de un porvenir ajeno de la ingenua
IRENE:
“El Tiempo sobrevive de las esperanzas de la gente. Las devora
aletargado. Es un amante ausente.”
.......
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Y este lunes 7 de abril, a las 19 h nos vemos en la presentación de "Hamlet esta dormido",en La casa del libro, de Fuencarral 119 (Madrid)
NOS VEMOS EN LA PRESENTACIÓN ¡¡
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Sobre el tema, demasiado vasto y complejo, del ”tiempo”, en particular como cuestión central de la especulación teórico-metafísica y de la indagación científica, en el curso de la historia del pensamiento occidental se dijo mucho.
ResponderEliminarAunque no soy un Seneca , un Aritóteles, un Galileo o un Bergson quiero también opinar lo que es el tiempo para mi…
Hoy en día, desgraciadamente, estamos en un límite extremo, en el economicismo absoluto. Tenemos un martillo económico (como dice Latouche) que bate sobre nuestra cabeza y que nos hace pensar solo en el dinero, el valor, lo útil, el enriquecimiento. No hace falta cambiar el martillo: es necesario cambiar “la cabeza”.
Aunque para la mayoría, el tiempo es como los relojes que vemos abrochados en la muñeca: un adorno.
Nuestro tiempo es algo más importante, es una gran riqueza y no podemos desvalorizarlo sometiéndolo de manera absoluta a un interés esencialmente material.
El tiempo... es una presencia ausencia, un doble filo, puede estar allí, indiferente y dejarte hacer todo el “grueso” o ayudarte. Es nuestra responsabilidad y nuestra decisión.
Aunque no saben que el tiempo pasa velozmente y cada día , cada instante, es toda nuestra vida.
Por esto deberíamos quitarle la noción de “rendimento”, para sustituirla con aquella flotante del “vivo”y compararlo con un “nuevo factor de riqueza” relacionado con los demás.
No importa si eso significa vivir en el caos que las relaciones personales comportan, en la misma forma que hemos visto con nuestro Hamlet, porque ese caos se regula con relojes que quiebran las agujas .
Cristina Scavone